El proceso parte de un programa educativo, como puede ser un programa de estudios, un programa de capacitación o incluso un programa académico, es decir, un documento que los especialistas en procesos de enseñanza aprendizaje o los pedagogos habrán de analizar de manera conjunta con el especialista del contenido. Este proceso que abarca desde determinar la intensión educativa, los contenidos declarativos, procedimentales y actitudinales esenciales, los elementos del encuadre, la planeación didáctica y el proceso de evaluación es llamado por la literatura especializada, diseño didáctico.
El diseño didáctico representa el proceso que establece las relaciones entre la intención educativa, objetivo del curso, la información, las estrategias de aprendizaje y los resultados del mismo, integrando en todo momento el uso racional y pertinente de la tecnología tanto para los procesos de comunicación entre facilitadores y estudiantes, así como para el acceso a la información. Es decir, el diseño didáctico se encarga de organizar, desarrollar y presentar el contenido de curso de tal manera que mantiene el interés y la comprensión del estudiante, propiciando así experiencias de aprendizaje satisfactorias y significativas.
El pedagogo apoya al especialista en contenidos a desarrollar el contexto adecuado para que el estudiante construya su conocimiento y desarrolle habilidades y valores, al mismo tiempo definen los mecanismos de interacción y de interactividad.
Durante el proceso de construcción del diseño didáctico, los diseñadores gráficos o especialistas en la comunicación gráfica se integran al mismo con la intención de determinar la conceptualización gráfica del material, de tal manera que la estética y la armonía de la presentación del contenido del curso queden acentuadas, además se definen e integran los diferentes recursos audiovisuales, insistiendo en insertarlos de forma óptima y pertinente.
Mientras se avanza en este desarrollo, el especialista en diseño de la información o editor también está presente, pues es quien apoya al especialista en contenido, pedagogo y diseñador gráfico con respecto a ordenar lógica y cronológicamente la información, asimismo establece criterios editoriales además de revisar y corregir sintaxis y ortografía de los contenidos del curso.
Una vez delimitada pedagógica y editorialmente la estructura, la cantidad de información, los recursos audiovisuales y el diseño gráfico, el especialista en programación analiza todo lo anterior con la intención de generar una base informática interactiva y funcional soportada sobre un sistema de administración de aprendizaje para posteriormente realizar la transportación de los contenidos educativos y convertirse así en material disponible listo para operar en línea.
Cabe mencionar que el proceso de desarrollo y producción de un curso en línea va en paralelo de principio a fin, es decir, el esquema de trabajo de toda celda de producción para garantizar su éxito, debe ser transversal siguiendo como eje central un ambiente colaborativo.
Cuando el desarrollo y producción del material se ha piloteado y en consecuencia hecho los ajustes pertinentes en la parte pedagógica y técnica, es momento de ofertarlo en línea. Entonces es cuando interviene el administrador del sistema de gestión o administración de aprendizaje, genera las cuentas de acceso para los docentes facilitadores, considerando que él mismo es quien genera el espacio dentro del sistema, da de alta a quienes pilotean el material y además monitorea constante y permanente el mismo desde el servidor.
En esta etapa de implementación intervienen los estudiantes directamente con los facilitadores a través de procesos de comunicación abiertos, dinámicos y flexibles quienes ajustan el contenido del curso en línea en cuanto a tiempos y estrategias conforme a las necesidades que surgen durante su avance.
La construcción de un curso en línea es un proceso en espiral, es decir, es un material en movimiento, no estático, que bajo un seguimiento constante y permanente, así como una evaluación en todos sus aspectos, tendrá la oportunidad de actualizarse y perfeccionarse mientras el pensamiento creativo, innovador y colaborativo permanezca en la celda de producción.
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